Beatriz y tus libros

No sé en qué punto de la partida caímos en la casilla de la muerte. Como un coche a toda velocidad, te perdiste en la tempestad, aunque ahora la que se pierde entre la tormenta soy yo. En mi cabeza, empiezo a asimilar que las cosas bonitas tienen fecha de caducidad, y aunque eso haga que mi corazón exprime zumo de sangre que se resbala entre mis dedos, sé que nada es para siempre. Tantas ortigas que me azotan en la espalda mientras yo seguía confiando en que todo mejoraría, pero veo que es mera ilusión como el agua en el desierto, y de todos los números posibles, elegiste el cero sin duda en primer lugar, demostrando que cada abrazo era un cuchillo clavándose en las cicatrices de las ortigas. Mis monstruos aparecen, para hacerme ver que las preguntas al aire forman un nudo inexplicable. Nunca se han ido y han aparecido para abrazarme y apretarme cada vez más fuerte, hasta que mi cuerpo se desvanezca en un río verde que me llevará al éxtasis de la vida. No sé en que punto de la partida ...

Como todos los días, voy a la floristería y compro un par de rosas. Caminando por la calle voy oliendo aquellas flores y recuerdo como a mi hija de pequeña le encantaba cogerlas. Ahora soy yo quién las coge para llevárselas a su tumba Noches en vela escribiendo mis deseos me hallo, mirando a las estrellas para ver si alguna caía del cielo. Aquel escrito lo guardaba, esperando a que cayera la noche y seguir escribiendo aquel deseo donde, desde hace 40 años, le pido casarme contigo. En el colegio, mi asignatura favorita es la de artes. Me encanta pintar cuadros, escribir historias, imaginar… hasta que decidí hacerlo realidad, me dibuje el mejor cuadro en el brazo para escribir mi propia historia; mi suicidio. Como todas las mañanas en estas vacaciones, cojo la mochila, la sombrilla y por supuesto, la cartera. Mis hijos siempre me piden helados, por eso llevar algo de dinero siempre viene bien. Tan rápido como pudimos, fuimos a la playa para reservas sitio, pero cuando estábamos ahí, un m...

Tus labios recorren mi cuerpo como si fuera el ultimo suspiro en la tierra, como si mañana no nos fueramos a ver. Yo te prometi amor eterno,   tu me prometiste hasta el cielo mas hermoso. Pero una piedra tomó mi camino,  las rosas marchitaba, como mi amor por ti. Pasaron años, y años de dejar de amarte. Pero cuando te vi, tan fuerte y poderosa, pensé que ya era demasiado tarde para volver a tu lado. Pasó tiempo, y tras mi ventana te vi, arrodilllada y con una rosa del unico sitio no estaba marchitada, tu corazón.

Tengo un problema que no sé como resolver, si es que alguna solución es capaz de enfrentarse a tal ser siento una sensación detrás de mí, noto como me respira en la nuca haciendo que su veneno riegue cianuro a mi mente Yo le grito que se vaya, pero no basta con mi aliento acelerado, ese monstruo es capaz de callar a mi niña interior, que rabia de dolor. Hay un monstruo en mi cuarto, y no sé como decirle, que no juegue con mi mente, que me las juega y vuelvo al mismo punto de partida, devorada por tal ser que me dice al oído que me perseguirá por siempre, y que acabaré perdiendo ¿Perdiendo el que? mi razón que se vuelve en un tornado de pensamientos que solo hacen que las aguas más verdes sean la mejor opción para que este monstruo se vaya y la paz reine mi vida   Intento ganarle la batalla, pero tarde o temprano siempre me clava una inyección de emociones que hace que me asfixie sin dejarme tomar un poco de aire La verdad es que tengo un problema, y es que no sé cómo lidiar co...

  Caen lágrimas de sal de un palco del teatro, ni la obra quiero mirar, si no más su procedencia, pues si esta gota malherida viene de unos ojos amargos, que bendigan o maldigan al culpable de crearla. Ya no vuela esa paloma con el ala atravesada, ni vacila con alevosía su envidiable plumaje. Mi rezar de cada noche en busca de la persona indicada, que con paciencia y pasión todo su destino enderece. Y si mis rezos no sirven para encontrar a la persona indicada, quisiera decirle a la paciencia y a la pasión porque el destino no enderece. Siguen cayendo lágrimas de sal, pero no sobre el palco, sino sobre mi alma, que no solo esos ojos amargos sueltan el veneno del culpable que las creó, si no que mi corazón se corroe al ver que ya no vuela esa paloma con el ala atravesada, que ni vacila con alevosía su plumaje envidiable. Ahora mi rezar de cada noche va dedicado a esa paloma, que perdió ese plumaje envidiable por culpa de unos ojos amargos, que soltaban lágrimas saladas sobre el palc...

Y con la mano, agarre una rosa negra seca del camino y cerré mi puño con suavidad para ver como se hacía polvo lentamente bajo mi mirada congelada en el tiempo. Caminando sin rumbo por ese camino cenizo y sin vida, me giro y a mi alrededor solo hay árboles marchitos y del cielo solo caen rayos y lluvia torrencial.  Solo se podía apreciar el ulular de los búhos en la tempestad de la noche cuando de pronto, mis pies se toparon con una valla metálica. Mi cuerpo me llevó allí ya que mi cabeza estaba en blanco escuchando el tinnitus que tanto le relajaba, así que como un fantasma digno de ir a ese lugar, entre las tinieblas me perdí, mi ser se transformó en aquella rosa marchita que cerré con el puño, y una niña me agarró y suavemente, cerró el puño.